lunes, 3 de noviembre de 2014

SOBRE COALICIONES DE IZQUIERDAS

En los actuales momentos se habla, y mucho, aunque en mi opinión ni lo suficiente, ni lo generosamente necesario, sobre la conveniencia, o no, de consensuar esa ideal coalición de izquierdas que abata, lo más contundentemente posible, a esta derecha que nos oprime y castiga tan impía y despiadadamente.

Por "fas, o por nefas", la derecha política española (PP=Neoliberalismo puro y duro) continúa a la vanguardia de las encuestas sobre intención de voto,  se trate de cualquier ámbito, o nivel, por muy sorprendente e inexplicable que esto nos parezca.

A la vista de lo cual y dado el hartazgo popular ante tanto desgobierno y traiciones varias, imperdonables, surgen inevitables y muy lógicas indignadas plataformas ciudadanas con respuestas de eficacia variable, pero con un indiscutible apoyo social y otras muy destacadas y múltiples adhesiones intelectuales y políticas en todo caso, como queda fiel, pública y profusamente recogido.

Las redes sociales, por otra parte, se han convertido en nuevas y potentísimas armas, al alcance de casi todos, que descolocan y desorientan a nuestro enemigo de clase, desbaratando sus hasta ahora clásicas y habituales estrategias de propaganda caciquil hispana.

Lo cierto es que, tanto plataformas reivindicativas sociales, como innovadores pequeños partidos de signo aparentemente más radical, vienen, en intermitentes conatos, tratando de aunar esfuerzos y trabajo en el muy laudable intento de vencer a estos feroces contrincantes políticos en las palestras democráticas electorales.

Debo y quiero confesar, empero, mi desagrado y rechazo ante la comprobación de la ambigüedad pública manifestada con muy sospechosa reiteración, por parte de determinados líderes políticos, al ser preguntados si representan a la izquierda, o a la derecha política de nuestro país, en una vergonzante ansia por captar votos que, de natura, no les pertenecen ...y además nos serían innecesarios matemáticamente.

Reitero aquí de nuevo en que el espectro mundial político está conformado por tan solo una cuarta parte de los llamados "poderosos", el resto de los habitantes del orbe social somos los supuestamente "manejados, o ninguneados".

Con ello vengo a reafirmar que no necesitamos más apoyos (votos) que los connaturales a nuestra clase, a los que por pura e inteligente coherencia nos corresponderían ...que la innoble avaricia no nos conduzca al burdo error.

Pues bien, aunque toda esta respuesta reactiva ciudadana está sobradamente justificada, no hemos de impedirnos "ver el bosque". En Occidente se ha instaurado oficial y exclusivamente, y creo que por mucho tiempo, la partitocracia como forma de gobierno (también, claro está, en España).

Por tanto, si pretendemos participar con alguna garantía, cierta, de éxito en las próximas convocatorias electorales, hemos, imprescindiblemente, de lograr coaliciones fuertes y bien consolidadas por medio de acuerdos programáticos claros, sencillos y concretos; muy plausiblemente aceptando concesiones de uno y otro lado, secundarias, irrelevantes; es decir, marcando las mínimas "líneas rojas" posibles que faciliten la mejor viabilización y desarrollo futuros (pero inevitablemente siempre habrá de hacerse a través de los partidos políticos oficialmente registrados: son las únicas reglas de juego establecidas).

Dicho todo lo cual y revisando el "pastel" partidario nacional, me permito la libertad de interpretar muy halagüeñas posibilidades, a corto y medio plazo, para la izquierda española; me refiero a la izquierda aún "limpia", que sumada superaría holgadamente a los partidos del "establishment" (siempre y cuando demuestren la lógica linearidad de comportamiento, la adecuada coherencia ideológica que les debiera ser propia, sin desviacionismos, ni veleidades ya registradas por "otros").

Y por fin llegamos al nudo gordiano presente: ¿Ganemos, o Podemos?.

2.015 y los meses de mayo y noviembre siguientes se nos vienen encima muy rápidamente (comicios municipales, autonómicos y generales).

"Podemos" manifiesta su intención de integrarse en iniciativas de ámbito local, como "Ganemos", pero apuesta por su independencia para las autonómicas.

La Organización de Iglesias trata de esforzarse en el positivismo estratégico, pretende repetir su éxito en las europeas. Aún así, esta formación política (todavía sin consolidación) no ha cerrado las puertas a posibles alianzas con otros partidos políticos, siempre y cuando se respeten las bases sobre las que está asentado su grupo (supongo se refiera a que los pactos programáticos concretos a que pudiera llegarse no afecten a aspectos específicamente "fundamentales" de sus Estatutos: estas sí, justificadas "líneas rojas").

Pues esto es justo lo que pido a las demás organizaciones de izquierdas a la hora de iniciar las precisas negociaciones políticas próximas: coherencia, generosidad, inteligencia y solidaridad de clase.

En mis libres y recalcitrantes "onanismos mentales" nocturnos sueño con un nuevo horizonte para mi país. Seguro absoluto estoy de la posibilidad del triunfo de nuestra batalladora izquierda política frente al egoísmo voraz de nuestro monstruoso enemigo ideológico. Elucubro, en mis irrefrenables ensoñaciones, que al fin hemos logrado ese otro mundo más sostenible, más humano y más social.

¡AMÉN!...por ANTONIO FERNANDEZ
 
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