miércoles, 4 de junio de 2014

Inés Sabanés: “Buscamos más las causas comunes que las casas comunes”

entrevista en LA MAREA

Inés Sabanés: “Buscamos más las causas comunes que las casas comunes”
Inés Sabanés en el Circulo de Bellas Artes de Madrid. FERNANDO SÁNCHEZ
31 de mayo de 2014
15:21
MADRID // Tras una larga carrera en las filas de Izquierda Unida, como diputada nacional, concejala en Madrid y diputada en la asamblea de la Comunidad madrileña, Inés Sabanés (Cubells, 1953) abandonó la coalición de izquierda en 2011 y se sumó a Equo, el último intento de formar un partido ecologista que aglutine los movimientos verdes en el país. En las elecciones generales de 2011, Equo logró un diputado, Joan Baldoví, a través de su socio valenciano Compromís. En las elecciones europeas Compromís y Equo se aliaron además con la Chunta Aragonesista y otras organizaciones para formar Primavera Europea. Lograron casi 300.000 votos, el 1,9%, y un eurodiputado.
¿Están satisfechos con el resultado?
El objetivo era entrar en el Parlamento Europeo y se ha cumplido. Ahora queremos analizar más en profundidad las expectativas y todos los cambios que se han producido en el panorama electoral. Pero, en principio, aspirábamos a entrar en el Parlamento, que es muy importante y nos da mucha capacidad de trabajo y una referencia como la que ya tenemos con el diputado en el Congreso de Diputados.
Varios partidos, entre ellos Equo, han intentado conectar con aquella parte de la sociedad que se ha movilizado a partir del 15-M. Ahora lo ha conseguido Podemos. ¿Qué es lo que han hecho diferente?
Quizás han logrado conectar con un mensaje muy directo con la indignación de la gente y la distancia que conciben que les separa de la política. Aunque esta experiencia de conectar con movimientos ciudadanos vinculados a la gente, con primarias abiertas y otros métodos absolutamente democráticos, también lo habíamos hecho en Equo. Y también lo reclaman otros, como el Partido X, pero quizás el mensaje de Podemos a los indignados ha llegado con mayor nitidez. Es verdad que Podemos también ha tenido un gran apoyo de los medios de comunicación, pero esto explica solo una parte de su éxito, no todo. Es indudable que han llegado mejor al sentimiento de reacción contra lo que está pasando en este país.
¿Cree que mucha gente que ha votado a Podemos, sin existir esta opción, se hubiera quedado en casa?
Es posible, no he estudiado los datos. Me parece que hubo gente que ha votado por primera vez, otros que llevaban mucho tiempo sin votar y mucha gente muy joven.
Equo también está muy vinculado con movimientos sociales, como el ecologismo, y había gente del 15-M en la lista. ¿Por qué no ha dado el mismo resultado electoral?
Creo que el camino recorrido es muy importante. Todo lo que Equo ha puesto sobre la mesa de regeneración democrática -primarias abiertas con debates abiertos- era absolutamente imprescindible. Y creo que ha influido en el debate conjunto sobre la regeneración política. Es verdad que también había otros movimientos post 15-M y previos a las elecciones europeas, como la lucha contra los desahucios, que estaban abriendo grietas en el sistema. Nosotros tendremos que analizar nuestro mensaje, que no sólo contenía todo lo respecto a la regeneración democrática sino también la alerta sobre el modelo de crecimiento y desarrollo que nos parece enormemente importante. La cuestión en el mundo global del siglo XXI es si hay que crecer o decrecer, en qué sectores se debe crecer, quién tiene el control sobre los recursos, qué significan los monopolios y oligopolios en energía o el agua. Todas estas cuestiones sitúan a la ecología política como una alternativa imprescindible que, junto con la regeneración democrática, son elementos esenciales. Quizás la gente tenía mucha más necesidad de escuchar el discurso acotado de la lucha contra la corrupción y los privilegios. Quizás nuestro mensaje puede haber sido difuminado un poco, pero creo que el debate sobre la ecología política es central.
¿No le parece que el medio ambiente nunca ha sido un tema para ganar muchos votos en España?
He visto que Ska Keller (la candidata principal de los verdes europeos) ha sido una gran referencia en España y Europa de un mensaje que situaba la ecología política en el centro del debate, muy vinculado con otros temas importantes como la justicia social, la brecha norte-sur o la inmigración. Creo que hay que ir por allí. No son compartimentos estancos. El uso y propiedad de los recursos es un tema que siempre han puesto sobre la mesa los verdes y no es solo una cuestión medioambiental, sino estructural. Esto viene de lejos, pero creo que la crisis económica y financiera, los abusos y el crecimiento ilimitado, basado en el crédito y el consumo, han puesto la ecología política en el centro, como hizo nuestro candidato en las europeas, Florent Marcelesi, junto con Ska Keller. Sin embargo, hay que reconocer que hemos de trabajar más esta visión de que la ecología no es una parte acotada de un programa, sino que va ligado a un cambio estructural del modelo de desarrollo.
Hoy en día, las redes sociales se han convertido en una herramienta potente de marketing político, pero se ha visto en esta campaña que la presencia en las grandes cadenas de televisión sigue pesando aún mucho más. ¿Está de acuerdo?
Las redes sociales, las redes de comunidades, el trabajo a pie de calle, el debate y la intervención directa son para mí elementos irrenunciables en política. Pero puede que la presencia televisiva en este momento marque diferencias. Con ello no quiero decir que la explosión de Podemos solo se deba a esto, pero seguramente ha tenido influencia.
Izquierda Unida siempre ha tenido acceso a las grandes televisiones –aunque mucho menos que los partidos del bipartidismo, por supuesto-, pero no parece que haya sabido capitalizarlo tanto en los últimos años.
Creo que, en el fondo, en la televisión ha habido una pugna entre modelos convencionales y programas más abiertos que entienden que existen también otros protagonistas políticos en la calle y que a partir del 15-M la participación en política no solo se canaliza a través de los partidos. La Iniciativa Legislativa Popular contra los desahucios es un ejemplo. Si nuestro sistema democrático fuera más permeable, la participación de estas voces sería una realidad. Pero al haber mantenido partidos y estructuras cerradas, el resultado es que los partidos tradicionales –no sólo los del bipartidismo- tienen menos expectativas, aunque en este caso haya subido Izquierda Unida. Las claves del futuro son más democracia directa, más intervención ciudadana, más cooperación, más acción compartida y menos representación clásica.
¿Equo está abierto a alianzas con otros partidos de la izquierda?
Equo siempre ha estado abierto a alianzas. Desde el principio buscamos la cooperación, fundada más en las causas comunes que en las casas comunes, más en las redes que en las sedes. Los partidos clásicos están siendo superados por la exigencia de otra intervención de la ciudadanía en la política. La política de alianzas también va a pasar de la suma de siglas, de cooperación por arriba, a cooperación en causas comunes para luego presentar una alianza. He definido este momento como un big bang. Lo que es seguro es que nada seguirá igual. Y las alianzas deberán serlo en términos de cooperación, de respeto a la diversidad, o de apertura y primarias abiertas a la ciudadanía. Sobre estas bases nos vamos a entender con quien sea.
¿Sobre estas bases, Equo se concentraría más en la agenda ecologista como seña de identidad?
Lógicamente. Queremos convencer a todo el mundo de que abordar los límites del modelo de crecimiento y preparar estrategia para los próximos veinte años es una parte fundamental del salto. No es algo que hay que poner de oficio.
¿La política medioambiental del Gobierno del PP es un retroceso?
El actual Gobierno está absolutamente entregado a los lobbies energéticos, que a la vez están relacionados con otros oligopolios, con la construcción y el sector financiero. Ha habido una involución clarísima que nos sitúa muy mal como país. Porque este país sí que tiene una gran oportunidad en el campo de la investigación, de la energía renovable, en cambiar la economía especulativa por una economía sostenible. Tenemos esta oportunidad para evitar que los jóvenes vivan en la precariedad y que tengan que emigrar para sobrevivir. El PP se basa una vez más en el modelo de la economía especulativa y apuesta por el petróleo y otras alternativas como el fracking que son un desastre medioambiental pero también un desastre como modelo productivo de futuro. Se renuncia a avanzar en el sector de las renovables, a democratizar esta fuente de energía, por ejemplo, a través del autoconsumo, y a ser un líder mundial en estas tecnologías.
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