España, Pueblo viejo, experimentado, principal y muy ancestral conformante de la también vetusta Europa.
Pueblo resabiado y "a la
vuelta" de casi todo; producto complejo y multicultural, consecuente
resultado de tanta y tan variada raza conquistadora.
Este casi
permanentemente oprimido Pueblo ha sufrido decepción tras decepción, se
le ha infligido demasiadas traiciones, institucionales, pero también
provenientes de sus más cercanos e identitarios grupos (lo que resulta
mucho más doloroso).
De entre nuestras muy
destacadas efemérides históricas no faltan las revueltas, asonadas, y
otras muy cruentas confrontaciones, contra el poder establecido e
igualmente frente al múltiple invasor (no escasean los populares y
celebrados héroes hispanos).
Pero rompiendo con
manidos tópicos antropológicos ibéricos, también hemos sabido demostrar,
incluso exportar, a ese llamado mundo civilizado occidental (al cual,
les cueste o no, también pertenecemos de pleno derecho) legítimas formas
pacíficas y respetuosas en muy justas protestas públicas, salvo puntual
e indeseable excepción, en su mayor parte de autoría represora.
Pues bien, en la
presente ocasión quiero particularmente referirme a la excesiva
reiteración, insoportable, de tanta y tan alevosa traición por parte,
precisamente, de esa fracción "amiga", de esas Organizaciones más
próximas, de estos grupos creados para la supuesta mejor defensa de
nuestros intereses de clase.
En estos tristísimos
momentos vivimos, un día sí y otro también, comportamientos de
corrupción individuales y también colectivas, de personas que debieran
habernos dado el máximo de los ejemplos de honestidad e integridad.
Parece ilimitable el nivel de descrédito, fundado, "ganado a pulso", que
dichas formaciones (sindicales y políticas) han llegado a merecer.
Atractivísimas armas para nuestros clasistas enemigos, si no fuera
porque estas vergüenzas son absolutamente recíprocas.
La acumulación de tanta
traición, de tan numerosa ruptura de compromisos programáticos
políticos, de tan variopintas y generalizadas corruptelas, conllevan a
un inevitable y corresponsable precio.
Es naturalmente por ésto
que el PSOE ha perdido más de 12.000 afiliados en el último año; no
casualmente por ello mismo PODEMOS pretende desbancar a los habituales
mayoritarios sindicatos (UGT y CC:OO.) intentando crear otro de nuevo
cuño, obviamente más batallador y desde luego "limpio" (y verdaderamente
de clase, de clase trabajadora).
Sinceramente, en cuanto
al primero de los casos (PSOE), dudo del perseguido éxito del "efecto
Sánchez"; restañar tan profunda herida ciudadana y epitelizar la gran
brecha producida entre sus filas, no parece obtenible al corto plazo. El
aparentemente favorable impacto del llamado "Huracán Sánchez" me parece
de no muy extenso recorrido.
Otro "gallo", más
prometedor, parece corresponderle a PODEMOS en su nuevo objetivo
marcado: la creación de ese otro sindicato de clase que aseguran sus
líderes "apeará" a UGT y a CC.OO., por haber abandonado, éstos, a los
trabajadores y ser dependientes de "la casta".
Dada la impredecible
reciente sorpresa (éxito) que supuso la incorporación de PODEMOS a la
palestra política y su aparente creciente oficial posición, resulta
mucho más plausible la consecución de otro segundo triunfo con su
reciente propuesta sindical, que no el errabundo deambular del PSOE que
ofrece a la ciudadanía un muy poco fiable futuro.
"Seremos el verdadero
defensor de los derechos laborales de los españoles"; "con los valores
de PODEMOS, formaremos, por ciudadanos de la calle que quieran luchar
por mejorar sus condiciones laborales, ese auténtico sindicato de clase
que estamos demandando". Éstas son las declaraciones que PODEMOS
utiliza para atraer afiliados y simpatizantes ... ¿Conseguirán sus
propósitos?. Habremos de estar muy atentos. Ya se sabe: "a río revuelto
...".
Pero también parece
llegado el momento para otros jóvenes partidos de izquierda (pero de
verdad de izquierdas: es el verdadero y claro hueco en nuestro espectro
político).
Con voluntad, trabajo, y
con la necesaria inteligencia éstos pueden llegar a conseguir ocupar
ese insufrible vacío ideológico en nuestro país. ¿Acaso el tan aireado
"Frente Amplio": Ganemos?).
¡Pronto lo veremos!.
Antonio Fernandez
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