miércoles, 26 de noviembre de 2014

Las elecciones municipales y otra forma de hacer política



Las elecciones municipales de 2015 y el fenómeno “Ganemos….” es una oportunidad única para cambiar la forma de hacer política.
En primer lugar, porque a pesar de que su carácter local puede hacer pensar que las municipales son de menor importancia que las elecciones generales, en las elecciones municipales tienen mayor incidencia las personas, especialmente en municipios pequeños, y esto es fundamental para la regeneración de la política. En las municipales se señalan los problemas de los vecinos y vecinas y se proponen los programas de los distintos partidos y las personas que los llevarán a cabo.  Más que ideologías son realidades. Problemas y sus soluciones, y sobre todo, personas. En las municipales se da lo mejor de la política: la proximidad entre el hombre o la mujer que va a ejercer la función política y sus vecinos y vecinas.

Los políticos se comportan con demasiada frecuencia en los periodos electorales como charlatanes de feria que venden crecepelos en las plazas, y como pavos reales que extienden sus colas presentándose como los salvadores del pueblo. Pero no: el pueblo se salva el mismo, se salva por los hombres y mujeres honrados que trabajan cada día y hacen que el mundo siga girando, los panaderos, los conductores del metro y autobús, los barrenderos, los jardineros, las maestras, los enfermeros, las doctoras, las ingenieras, los peluqueros, los músicos, las pintoras, los obreros, las empresarias, las personas que cuidan a los niños y a los ancianos, los cocineros…tantas y tantas personas que de modos tan diferentes ganan su vida y prestan un servicio a la comunidad. Y a esa gente hay que respetarla, representarla y mirar por sus intereses. El político no debe ser más que un interino que dedica parte de su tiempo, de su vida, al bien general de sus vecinos y vecinas.

Además, no basta con hacer que el péndulo se incline a derecha o izquierda, o con “echar” a los que tienen el poder. Se está poniendo el acento en el dinero, en la limitación de los sueldos, y eso está bien. Pero la raíz es el poder, y la degeneración está en el abuso de ese poder. Este abuso de poder se ha dado en partidos de derecha y de izquierda. Se trata, por consiguiente, de inventar sin miedo una forma nueva de hacer política. Si el ser humano fue capaz de inventar la rueda, el fuego, el leguaje ¿no será capaz de superar modelos caducos, reciclar todo lo bueno que pudieran tener, e inventar el futuro?


Las municipales serán el mejor laboratorio para la creación de esta nueva vacuna que sane a la política de la peste: el abuso de poder y su utilización para el propio provecho. Y Ganemos nuestra ciudad, puede ser una buena formula.

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