sábado, 15 de septiembre de 2012

LOS SEÑORES DE LA GUERRA

En 2008 Sarah Palin fue la candidata a la vicepresidencia de EE.UU del partido republicano , del que Mitt Romney es el actual candidato a la Presidencia. Su marido, Todd Palin, es uno de los participantes en un “reality” en el que ocho concursantes son emparejados con un miembro de las Fuerzas Armadas de los EE.UU. para competir en pruebas inspiradas en ejercicios reales de entrenamiento militar. El programa fue estrenado el lunes 13 de agosto, pese a la polémica y a la petición de nueve premios Nobel de la Paz de retirarlo por su glorificación de la guerra y la violencia.
Oímos a veces la mención a los Señores de la Guerra, e inmediatamente pensamos en hombres fieros, acechando en cuevas y selvas y dirigiendo a su tribu contra la tribu enemiga. Pero hay otros señores de la guerra, perfectamente trajeados, de manos pulcras y suaves, que desde sus despachos se afanan en preparar la guerra, para salvaguardar la paz  (es la excusa que ponen). Y así mueven peones aquí y allá y estallan estratégicas guerras con excelentes resultados: enormes beneficios para las empresas de armas, posibilidades de acceder a materias primas de los países envueltos en las contiendas, buenas y jugosas contratas para la reconstrucción de las zonas devastadas. Y de paso, mueren unas cuantas miles de personas, que el problema del desarrollo demográfico habrá que combatirlo de algún modo. Mejor a bombazos que con preservativos, que las fábricas de estas gomitas no son tan productivas, y además es pecado usarlos, y no como las bombas o los tanques, que siempre habrá algún dios que los bendiga_ pensarán estos Señores de la Guerra.
Cualquier excusa les vale, y si no la hay se la inventan en el momento oportuno, y nos llevan como corderos al matadero, o lo que es peor, como soldados a matarnos unos a otros.
Estos días nos conmociona los salvajes asaltos en Egipto, Libia, Yemen, a las embajadas de los Estados Unidos por grupos exaltados que pretenden defender el honor de los musulmanes ofendidos por las burdas burlas a su Profeta vertidas en un largometraje estadounidense. Entiendo y respeto la indignación de los creyentes musulmanes por esta sátira y al mismo tiempo comparto la tristeza de millones de musulmanes para los que el Islam significa Paz y que se avergüenzan de las acciones de grupos violentos, empujados posiblemente por intereses de grupos terroristas, los peores enemigos del verdadero Islam. Comparto el dolor de los ciudadanos estadounidenses por los asesinatos y agresiones cometidos contra sus compatriotas y condeno dichas agresiones que ningún motivo puede justificar. Y por encima de todo, repruebo a los Señores de la Guerra.
No rendirse jamás ante los Señores de la Guerra, jamás jugar su juego, este debe ser el primer paso. Luego creer en nuestra dignidad humana, despertar nuestra conciencia colectiva y construir colmenas para la Paz. Podemos, por más que nos digan lo contrario. Debemos, por un imperativo moral básico.

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