domingo, 20 de enero de 2013

DE BÁRCENAS, ADELSON, ÁTICOS EN MARBELLA, YERNOS REGIOS Y OTRAS HISTORIAS: QUE NO SEAN LAS NUESTRAS.


Hartura estamos empezando a tener, de tantas historias que huelen a podrido. Es un mandón, decía alguien de Mr. Adelson, que se empeña en plantar su engendro en nuestra tierra, pisoteando nuestro suelo y nuestros derechos, a cambio de trabajo, dice. ¿O esclavitud?  Hay algo en común en todos ellos: el abuso de poder, el creerse por encima de la ley, por ser quienes son, por tener el dinero, o la influencia, o el poder. Por encima de la ley, o lo que es peor, por encima del pueblo (la chusma, para ellos) Y aquí recuerdo un chiste, por liberarnos un poco con esa terapia que es la risa:
Ante el mostrador de un aeropuerto los pasajeros guardaban fila para conseguir plaza en algún vuelo después de varias cancelaciones. Un caballero se adelantó hasta el mostrador y depositando un billete ante la empleada, le exigió que le consiguiera plaza en el primer vuelo. “Antes tendré que atender a los demás viajeros que aguardan su turno, caballero” “¿Usted no sabe quién soy yo?” le preguntó el interpelado. “Por favor- dijo con su suave voz la empleada por el altavoz- acudan a la ventanilla número 7, se encuentra aquí un caballero que no sabe quién es”
Sabia fábula, muy aleccionadora: realmente ese es el problema, que hay muchos tipejos que han olvidado quiénes son: hijos de vecina como cada cual, ni más ni menos, con los mismos deberes y los mismos derechos. Y mientras tanto, muchos otros están despertando: saben quienes son, hombres y mujeres, vecinos, ciudadanos, dispuestos a creer en ellos mismos y a unirse. Y entonces, entonces sí que van a saber quiénes somos.

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