miércoles, 28 de agosto de 2013

UNA PROPUESTA EQUITATIVA: FEMENINO INCLUSIVO

En la lengua castellana el masculino plural se considera que incluye al femenino. Por ejemplo, “todos” incluye al masculino y al femenino: así se ha entendido siempre. Hoy hay un movimiento que muestra incomodidad por esta supremacía del masculino, entendiendo que es una expresión más de la supremacía del hombre sobre la mujer. Y comienza un ensayo de cambio: @, +, x….se combinan en los masculinos plurales en lengua escrita. En lengua oral se empieza a utilizar el femenino plural. Reflexionando sobre este hecho, concluyo que no se trata de algo anecdótico y que las formas tienen más importancia de la que se podría suponer en un principio. Por eso pienso que es un asunto que hay que abordar en profundidad. El empleo del femenino plural, en legua escrita y hablada, “todas”, por ejemplo, debe ser una expresión no de revanchismo y de intento de tomar la supremacía sobre el hombre sino de inclusión femenina. La mujer hace sentir su presencia en la realidad al mismo nivel que el hombre. Así, cuando una mujer habla o escribe, debería emplear el femenino inclusivo, una nueva categoría gramatical que respetando la estructura y la armonía de la lengua castellana, sin desmesuras ridículas, introduce una nueva visión de la realidad. Pero al mismo tiempo, cuando un hombre habla o escribe, debería por la misma razón seguir empleando el masculino plural inclusivo, realmente inclusivo. Femenino inclusivo, masculino inclusivo, conviviendo en plano de igualdad. No se trata de revertir el plano de supremacía de un género sobre otro sino de conseguir un plano equitativo. Las mujeres hemos estado, y muchas siguen estando en la actualidad, en situación de inferioridad. Pero los seres humanos hemos nacido libres e iguales. Es esta libertad y esta igualdad por la que hay que luchar. Nunca por revertir el orden para establecer otros desequilibrios. Y esto, en lo grande y en lo pequeño, en el fondo y en la forma, desde el principio. El cambio gramatical del castellano podría ser un buen ejemplo. La magia trasformadora de las palabras, de la gramática, ese podría ser el reto.

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