No es un partido de
diseño, ni de amazonas. No es un partido de ilusos en busca de quimeras,
ni un sucedáneo de los auténticos partidos políticos como la achicoria es un
sucedáneo del café: estas son algunas de las lindezas con las que se ataca a
este nuevo partido político desde ambos lados del espectro político actual. EQUO es una nueva forma de hacer
política, una alternativa para salvar una democracia moribunda. Es un partido serio, por más que
esta seriedad pretendan atribuírsela en exclusiva los grandes partidos que
dominan los parlamentos y que sin embargo están muy lejos del pueblo a quien
pretenden representar, lo cual no tiene nada de seriedad ni de rigor. Sin este tipo de alternativas, la
democracia deriva sin remedio hacia una oligarquía, o en el peor de los casos a
nuevas dictaduras de uno u otro signo. EQUO
pretende un cambio social y económico
que revierta el orden actual y ponga al dinero, al poder y a la
información al servicio de las personas
equitativamente, armonizando la libertad y la iniciativa del individuo con el
bien común. Esta nueva perspectiva supone un cambio radical en los que ejercen
la política, aquellos que deben ocuparse de los intereses de sus conciudadanos
y no hacer de su ejercicio un modo de enriquecimiento gracias al poder y al
control de la información. EQUO
es un partido que aúna equidad y ecología, porque no hace dicotomía entre
personas y su ecosistema. La persona está integrada en la Naturaleza, es parte
de ella. No puede haber auténtico progreso, auténtico desarrollo, si no es
sostenible. Esto no tiene nada que ver con el estereotipo del ecologista alienado comiendo hierba en el prado escuchando el
canto de los pájaros. La explotación salvaje y desconsiderada de los recursos
naturales ha sido fuente de abusos y
explotaciones de unos pueblos sobre otros, y de unas generaciones sobre otras:
el bienestar de las futuras generaciones dependerá de un cambio político
profundo. Y este cambio es posible, depende sobre todo de que la política no
esté al servicio de intereses de ciertas oligarquías. EQUO defiende la libertad de los
individuos, la equidad y la igualdad, por ello hace especial hincapié en los
derechos y el papel de la mujer. No se puede obviar la mentalidad machista de
nuestra sociedad, por más que se suponga que esta distorsión de perspectiva
está superada. Hombres, y también mujeres, necesitan tomar conciencia de esta
igualdad fundamental y otorgar a la
mujer el papel que le corresponde, con ello todas ganaremos, las mujeres pero
también la sociedad en su conjunto. No se pretende remplazar el patriarcado por
el matriarcado, sino establecer un sistema en el que la dignidad y el valor de
la persona sea el pilar que todo lo sustente.
Y
nadie dice que vaya a ser fácil: habrá que estar muy vigilantes a nuestro
principal enemigo: nosotras mismas, para que tengamos el coraje de avanzar
siempre hacia la Utopía, para desaprender todo lo que sea necesario, para salir
de nuestra zona de confort y no acomodarnos
nunca. No ser nunca animales de sillón.
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