miércoles, 3 de febrero de 2016

Desde Alcorcón a Madrid: también queremos respirar.

Ante las críticas que circulan en las redes a las medidas tomadas en el Ayuntamiento de Madrid para controlar la contaminación, queremos expresar nuestro apoyo y felicitar al equipo de gobierno del Ayuntamiento de la Capital por su actuación y a la Concejala Inés Sabanés responsable del área de movilidad. Y lo hacemos porque compartimos programa, por convencimiento, compromiso y coherencia. De nuevo, demostramos que un partido que defiende la ecología política es un partido serio y responsable, que pone a las personas en el centro de su preocupación, y la defensa del medioambiente como un elemento imprescindible, por muchas campañas de desprestigio que  continuamente se orquesten y que pretendan demostrar lo contrario. Seguimos trabajando.

Desde nuestra página local, una vez más, nos hacemos eco de la información de EQUO Madrir: os pasamos el enlace a su página y os copiamos su información.


boina-madrid

La contaminación del aire es un factor derivado de un modelo económico, urbanístico y social en el que las emisiones producidas por industrias, vehículos y otras actividades masivas generan altos niveles de partículas en suspensión.
El problema es particularmente grave en las ciudades, donde se concentra la mayoría de la población. La mala calidad del aire pone en serio riesgo su salud y los gestores públicos tienen el deber de adoptar las medidas necesarias para minimizar sus efectos.
Más allá de cualquier ideología, ante informes como los de la OMS, que estima que una de cada ocho muertes en el mundo pueden ser provocadas por la mala calidad del aire, el sentido común aconseja afrontar el problema con decisión. Priorizar el bienestar colectivo, frente a cuestiones de cualquier otra índole.
En el caso de Madrid, el problema de la contaminación del aire se ha ido agravando en los últimos 25 años. En enero de 2015, un informe desveló que la ciudad superaba por sexto año consecutivo los niveles máximos permitidos. Estudios especializados consideran que el elemento más importante en el deterioro de la calidad del aire en Madrid es el coche y apuntan que cualquier medida debería ir hacia una reducción del tráfico.

En el caso de Madrid, el problema de la contaminación del aire se ha ido agravando en los últimos 25 años. En enero de 2015, un informe desveló que la ciudad superaba por sexto año consecutivo los niveles máximos permitidos. Estudios especializados consideran que el elemento más importante en el deterioro de la calidad del aire en Madrid es el coche y apuntan que cualquier medida debería ir hacia una reducción del tráfico.
En marzo de ese mismo año, el Gobierno de entonces del PP, encabezado por la alcaldesa Ana Botella, aprobó un Protocolo de Contaminación, que nunca llegó a poner en marcha.
La salud, por encima de todo
El nuevo Ejecutivo progresista de Ahora Madrid, surgido tras las elecciones del pasado mes de mayo y cuya titular de Medio Ambiente y Movilidad es la coportavoz de EQUO Madrid, Inés Sabanés, abordó la lucha contra la contaminación como una prioridad. En noviembre hizo historia y, por primera vez, estableció restricciones al tráfico rodado, límitando la velocidad y el estacionamiento en zonas concretas.
Pero las medidas contempladas en dicho Protocolo se revelaron insuficientes y enseguida se vio la necesidad de un texto más ambicioso. Este lunes, Madrid ha estrenado un nuevo Protocolo de Medidas a Adoptar durante Episodios de Alta Contaminación por Dióxido de Nitrógeno, que tiene un carácter fundamentalmente preventivo, pero incluye nuevas restricciones de circulación.
Su entrada en vigor ha provocado una singular reacción: la del alcalde de Alcorcón, David Pérez, quien en su cuenta de Twitter, @davidperez, ha amenazado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, con denunciarla ante los tribunales si impide a los vecinos de Alcorcón acceder en coche a la capital. El regidor Popular ha arremetido contra el Gobierno municipal, apelando al artículo 19 de la Constitución “que reconoce el derecho al libre tránsito de los españoles” y señalando que “nadie puede restringir arbitraria y unilateralmente la libre circulación”.
El tráfico rodado en Madrid se ve limitado a diario por factores tan poco sospechosos ideologicamente como la climatología, los accidentes de tráfico o las obras en la calzada, por citar algunos. El comentario de este edil, argumentando un supuesto ataque por parte de los “nuevos comunistas” a la libertad de movimiento, podría calificarse de pueril, malintencionado o una falta de respeto a la inteligencia de la ciudadanía.
Pero va más allá. Es un desprecio al cumplimiento de la ley, ya que la UE aprobó en 2013 unadirectiva que obliga a los países miembros a reducir sensiblemente las emisiones contaminantes, de aquí a 2020, y su incumplimiento contempla sanciones económicas.
Ciudades como Roma, Londres y París ya han impuesto restricciones al tráfico de vehículos de combustible fósil. El futuro pasa por fomentar el transporte público, el vehículo eléctrico y el uso de la bicicleta para mejorar el aire de nuestras ciudades y la salud de sus habitantes.
Respiremos limpio y hondo y hagamos caso omiso a ataques sin fundamento contra quienes tenemos la valentía de afrontar lo que para muchos es el mayor reto de salud pública del siglo XXI.


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