Esta entrada a nuestro blog va a
tratar con ciertos aspectos técnicos sobre en qué consiste un sistema energético sostenible, ese
sistema 100% renovable, cero-emisiones y desnuclearizado que reivindicamos
desde las organizaciones y partidos ecologistas. Hablaremos, muy brevemente, de
las tres patas en las que se
apoyaría:
1. Eficiencia energética. No podemos empezar una casa por el
tejado, nuestro modelo actual es un “obeso energético”. Derrochamos energía
debido a nuestros hábitos de vida. Antes de plantearse cómo satisfacer la
demanda actual que cubre la combinación renovables-nuclear-combustibles fósiles
con un nuevo modelo sostenible, hay que enfocarse en la necesidad real de energía una vez hayamos maximizado el ahorro. El proyecto Rubí-Brilla da buena cuenta de
cómo se pueden ahorrar cantidades impresionantes de energía simplemente
cogiendo nuevas costumbres en el día a día. Otro tema sería el sector
industrial, que por motivos económicos busca esta eficiencia y ahorro sin
necesidad de que tenga que ser excesivamente animado.
2. Energías renovables. Las energías renovables (eólica, solar,
mareomotriz, etc.) no generan gases de efecto
invernadero ni mayor residuo aparte del desgaste de piezas. No hay que
engañarse, no son la panacea: todo conlleva un determinado impacto ambiental asociado, si bien el que aparejan las renovables
es local (no global, como el cambio climático) y debido a ese carácter local es
más fácil de prevenir o minimizar. Otro sabido defecto es que son variables. Un contra-argumento muy
habitual es el de decir que esta variabilidad se compensaría porque “por
climatología, los días nublados suele hacer más viento, y los días sin viento
suelen ser más soleados”. Sí, es cierto que es bastante habitual, pero no
podemos diseñar un nuevo modelo basándonos en algo tan vago aunque cierto. El
sistema eléctrico necesita una cantidad de energía
mínima constante suministrada a la red (actualmente las nucleares y las
centrales de carbón o gas son las que proporcionan ese mínimo). ¿Alternativas?
Las baterías y/o el hidrógeno son una solución bastante
factible y cuyo análisis daría para otro post, pero os dejamos un par de
enlaces al final por si queréis curiosear.
**Actualización 02/02/2017. Os recomendamos encarecidamente la lectura de estos cuatro artículos del blog Ecointeligencia. Dejamos el enlace del primero: https://www.ecointeligencia.com/2014/01/almacenamiento-energia-1/
**Actualización 02/02/2017. Os recomendamos encarecidamente la lectura de estos cuatro artículos del blog Ecointeligencia. Dejamos el enlace del primero: https://www.ecointeligencia.com/2014/01/almacenamiento-energia-1/
3. Autoconsumo. La energía y el sistema eléctrico no son solo
técnica, son también cuestiones políticas. Volver a caer en un modelo de
grandes centrales de energía renovable en manos de un oligopolio (como hasta
ahora) viciaría el sistema otra vez. La democratización
de la energía pasa por maximizar el autoconsumo de las viviendas y comunidades
de vecinos, así como el de las industrias y empresas en tanto que su demanda lo
permita sin recurrir a la red.
El tema, tan solo discutiendo
cuestiones técnicas, da para mucho. ¡Esperamos haber hecho un pequeño resumen
con autocrítica incluida que aclare algunas dudas en este tema que nos importa
a todos pero a veces no es fácil de entender!
Enlaces sobre baterías e
hidrógeno como almacenamiento de la energía:
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